Conoce más sobre tu derecho a ser protegido contra la discriminación y el abuso en prisión y qué hacer si tus derechos son violados. La ley está siempre en constante evolución; es una buena idea investigar las novedades, si tienes acceso a una biblioteca penitenciaria.

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Haz clic aquí para descargar en formato PDF. En prisión he sufrido agresión y uso excesivo de la fuerza

Tus derechos

  • Bajo la Octava Enmienda de la Constitución, los oficiales penitenciarios tienen la obligación legal de abstenerse de hacer uso excesivo de la fuerza y de proteger a los presos de las agresiones de otros reclusos.
  • Los oficiales no pueden usar la fuerza de forma maliciosa o sádica con la intención de causar daño, pero pueden usar la coacción en un esfuerzo de buena fe para mantener el orden.
  • Los oficiales penitenciarios pueden estar violando la Octava Enmienda si sabían del riesgo de una agresión por parte de otros presos y no respondieron, o si las condiciones o prácticas de la prisión generan un riesgo irrazonable de agresión (por ejemplo, no tener suficientes oficiales en la unidad, no contar con puertas que cierren las celdas adecuadamente, etc.).

Qué hacer si crees que se han violado tus derechos

  • Si has sido agredido por un oficial o un compañero de prisión, debes interponer una queja y recurrir a todos los niveles de apelación disponibles. Toma en cuenta que usualmente hay plazos estrictos para interponer una queja, de manera que debes presentarla lo antes posible.
  • Si crees que estás en peligro inmediato de agresión, debes comunicarlo a un miembro del personal en el que confíes (trabajador de salud mental, maestro, etc.).

Recursos adicionales

Estoy enfrentando discriminación religiosa en la cárcel

Tus derechos

  • La ley federal ofrece protecciones especiales para el ejercicio religioso de los presos. Si una norma, regla o práctica de la prisión impide significativamente la práctica tus creencias religiosas, los oficiales de la prisión deben demostrar que la aplicación de dicha norma o práctica favorece un interés gubernamental extremadamente importante (ejemplo: la seguridad o salud de los presos) y que no hay otra manera razonable de proteger ese interés. Si los oficiales no pueden demostrar esto, entonces deben proporcionarte las adecuaciones necesarias que te permita practicar tu fe.
  • Dependiendo de tus circunstancias particulares, los oficiales de la prisión pueden estar obligados a proporcionarte una dieta acorde a tu religión (como halal o comida kosher), la celebración de servicios religiosos y el acceso al clero. También pueden estar obligados a permitirte la disposición de textos religiosos, el uso de determinadas prendas, tocados y joyas religiosas y el mantenimiento de prácticas religiosas de cuidado personal (como llevar la barba o el pelo largo).
  • Los oficiales penitenciarios no pueden imponerte creencias ni prácticas religiosas, ni pueden sancionarte por no participar en actividades religiosas o que incluyan elementos religiosos. Los oficiales no pueden dar preferencia a miembros de una determinada religión, o tratar de forma menos favorable a prisioneros de ciertas religiones.

Qué hacer si tus derechos son violados

  • Puedes interponer una queja en la División Especial de Litigios, del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
  • Puedes contactar a la ACLU de tu estado para más información.

Recursos adicionales

Estoy enfrentando discriminación o abuso en prisión debido a que soy transgénero

Tus derechos

  • Si notificas a los oficiales penitenciarios que eres transgénero y/o que has sido amenazado, los oficiales están legalmente obligados a actuar para protegerte. Cuando ingreses a prisión informa al personal de manera verbal y por escrito que eres transgénero, o que crees que estás en riesgo.
  • La Ley Federal para la Eliminación de las Violaciones en las Prisiones (PREA siglas en inglés) obliga a las cárceles y los centros penitenciarios a proporcionar espacios de alojamiento individualizados para todos los reclusos transgénero e intersexuales, incluyendo cuando son asignados a instalaciones de hombres o mujeres. El punto de vista de un prisionero transgénero o intersexual con respecto de su propia seguridad debe considerarse seriamente al tomar estas decisiones.
  • Muchos centros penitenciarios confinan a los prisioneros transgénero en solitario para protegerlos de la violencia. La ley PREA establece que no puedes ser segregado en contra de tu voluntad por más de 30 días. Si estas en custodia por protección, debes tener acceso a programas, privilegios, educación y oportunidades de trabajo, en la medida de lo posible.
  • Si lo solicitas, el personal de las cárceles y prisiones debe proporcionarte una evaluación sobre disforia de género, en un tiempo razonable. El tratamiento médico para los reclusos diagnosticados con disforia de género debe suministrarse de acuerdo con las normas médicas establecidas.
  • Es anticonstitucional la prohibición absoluta de tipos específicos de tratamiento, como la prohibición de la terapia hormonal o de la cirugía de afirmación de género.
  • Generalmente, el personal penitenciario debe permitirte utilizar la vestimenta y los artículos de aseo personal adecuados a tu género; también debe permitirte presentar tu persona de forma coherente con tu identidad de género; de lo contrario, podrían estar violando la Octava Enmienda.
  • El cacheo o registro al desnudo debe llevarse a cabo profesional y respetuosamente. Un cacheo al desnudo realizado a la vista de otros presos y del personal puede violar tus derechos de privacidad. Si no hay una emergencia, el personal masculino no debería llevar a cabo registros al desnudo de mujeres (incluyendo mujeres transgénero) y viceversa. Algunas cárceles permiten que los prisioneros transgénero escojan el género del personal que llevará a cabo el cacheo.
  • El personal penitenciario no puede llevar a cabo registros al desnudo y cacheos sólo para evaluar tus genitales. El personal debe estar entrenado para conducir cacheos en prisioneros intersexuales y transgéneros de forma profesional y respetuosa, coherentes con las necesidades de seguridad y de la manera menos intrusiva posible.
  • Si solicitas una ducha privada, la ley PREA obliga a los oficiales a concedértela.

Qué hacer si crees que se han violado tus derechos

  • Reporta por escrito tus preocupaciones o cualquier amenaza específica al personal y envía copias al inspector general, al coordinador de la ley PREA de la agencia que te tiene en custodia y a alguien fuera de la cárcel en quien confíes.
  • Si eres agredido, presenta una denuncia lo antes posible; los casos de asalto sexual pueden tener plazos más flexibles para ser reportados o pueden tener procesos de reporte especiales.
  • Los reclusos que desean interponer una demanda federal con respecto de acontecimientos dentro de la prisión o de la cárcel, primero deben completar el proceso de apelaciones internas. Esto significa que debes conocer las reglas de cualquier proceso de apelación (o de denuncia) dentro de tu institución, incluidos los plazos para presentar una apelación después de que algo ha pasado. En la mayoría de las cárceles y prisiones necesitarás presentar una queja por escrito a través del formato que se te proporciona.
  • Si el personal se rehúsa a evaluarte por disforia de género o no te proporciona ninguna atención médica, presenta una denuncia y recurre a todos los niveles de apelación.
  • Si estabas recibiendo tratamiento hormonal a través de un médico antes de ser encarcelado, haz que tus registros médicos sean enviados al director de salud de tu centro penitenciario.
  • Si eres puesto en segregación por protección y no quieres estar ahí, presenta una denuncia y utiliza todos los recursos de apelaciones al respecto de esta reubicación. Puedes también apelar todo lo que parezca injusto sobre la reubicación, como no poder participar en una audiencia, no haber sido comunicado sobre las razones de la segregación, no poder participar en la programación o la obtención de un trabajo, o no haber sido comunicado sobre cuándo puedes salir.
  • Si esta reubicación es por cuestiones de seguridad y te sentirías más seguro en un centro de mujeres (como una mujer transgénero), solicita esta transferencia; si no la consigues, utiliza los recursos de apelación.
  • Si te piden que te desnudes frente a otros prisioneros y no te sientes cómodo con esto, solicita amablemente ser trasladado a un área separada.
  • Si no puedes utilizar una regadera separada, pide ducharte a una hora diferente de los demás reclusos o en un área privada (como lo requieren las normas de la PREA).
  • Si no deseas ser cacheado por personal de determinado sexo, solicita amablemente ser registrado por una persona de distinto sexo. En algunas prisiones y cárceles puedes obtener una orden general que establezca que sólo puedes ser cacheado por mujeres (si eres una mujer transgénero).
  • Pregunta por las políticas oficiales en tu centro de detención al respecto de tu condición. En ocasiones puedes encontrar estas políticas en la biblioteca de la prisión.

Recursos adicionales

Estoy embarazada y en prisión

Tus derechos

  • Tienes derechos a un aborto, si lo deseas; o a rechazar un aborto, si no lo deseas.
  • Tienes derecho a atención médica prenatal o de cualquier otro tipo para tu embarazo, así como a atención posparto.
  • No puedes ser forzada a pagar antes de recibir la atención médica que necesitas.
  • Puedes tener derecho a no ser engrilletada: Muchos estados tiene leyes y políticas que prohíben el uso de grilletes en las reclusas embarazadas, en las que están en labor de parto o que dieron a luz recientemente. Algunos tribunales han declarado que este encadenamiento es anticonstitucional. El documento anti-grilletes, de la ACLU, ofrece información más detalladas.
  • Tienes el derecho a rechazar la esterilización o cualquier otro método anticonceptivo no deseado, después de tu embarazo.

Qué hacer si crees que se han violado tus derechos

  • Si no estás recibiendo la atención médica que necesitas, solicita ayuda a otra persona o médico del personal penitenciario.
  • Registra todo lo que te acontece. Elabora por escrito tu solicitud de atención para el aborto o de cualquier otra atención médica. Guarda una copia. También guarda una lista de las personas con las que has hablado o tenido contacto; escribe fechas y horas de cuándo hablaste con ellas y lo que dijeron.
  • Además de tu solicitud de atención médica, también debes presentar una queja (reclamación oficial) si tus necesidades médicas no son satisfechas. Si tu queja es rechazada, presenta una apelación y pon atención a todas las reglas y fechas límite del proceso de quejas. Esto está usualmente escrito en el manual del recluso.

Recursos adicionales

Si el centro penitenciario no te está proporcionando la atención médica que necesitas, contacta a tu abogado, a una organización de servicios legales para prisioneros (si existe una en tu Estado), a NARAL, Planned Parenthood, tu filial local de la ACLU, o al Proyecto Nacional de Prisiones, de la ACLU.

Soy discapacitado y estoy en prisión

Ejemplos de discriminación en contra de las personas con discapacidades dentro de las prisiones

  • Ser excluidos de instalaciones, programas y servicios que son accesibles a otros prisioneros.
  • No proporcionar intérpretes de lenguaje de señas para un prisionero sordo en las audiencias disciplinarias, en las decisiones de clasificación, citas médicas y programas vocacionales y educativos.
  • No proporcionar equipo médico (como sillas de ruedas o bastones) a los prisioneros discapacitados.
  • Ser ubicado en segregación o confinamiento solitario debido a la vulnerabilidad percibida o a la falta de celdas accesibles en las áreas generales.

Tus derechos

  • Los prisioneros con discapacidades están protegidos bajo las secciones de la Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA siglas en inglés) y la Ley de Rehabilitación de 1973. En el contexto de prisiones y cárceles, la Ley de Rehabilitación aplica a todos los centros administrados por agencias federales (como la Oficina de Prisiones) y a todas las agencias locales o estatales que reciben fondos federales. Por otro lado, la ADA regula los centros administrados por agencias locales y estatales, independientemente si reciben o no fondos federales.
  • Tienes derecho a participar con igualdad de oportunidades en programas y servicios para los que calificas.
  • Tienes derecho a ser ubicado en tu nivel de seguridad correcto y en una celda con las características de accesibilidad necesarias para un alojamiento seguro y apropiado.
  • Tienes derecho a modificaciones razonables de políticas y procedimientos.
  • Tienes derechos a una comunicación igualmente efectiva, incluido el uso de cualquier servicio y equipo auxiliar, como intérpretes de lenguaje de señas, subtítulos, videoteléfonos, lectores, Braille y grabaciones de audio.
  • Los oficiales penitenciarios no están obligados a proporcionar adaptaciones para el alojamiento que impongan cargas administrativas y financieras indebidas o que requieran una alteración fundamental de la naturaleza del programa.
  • Los oficiales penitenciarios pueden juzgar si la participación del recluso con discapacidad representa un riesgo de seguridad significativo o una amenaza directa a la salud y seguridad de otros y si esto puede o no ser mitigado a través de modificaciones razonables.

Qué hacer si crees que se han violado tus derechos

  • Presenta una queja formal a través del proceso de quejas de tu centro penitenciario y recurre a todos los niveles disponibles de apelación. Si tu centro tiene un coordinador de la ADA, puedes contactarlo y pedirle que te ayuda con una adaptación de alojamiento para tu discapacidad.
  • Tú o tu abogado pueden interponer una demanda exponiendo cómo se han violado tus derechos bajo la ley ADA, la Ley de Rehabilitación, o ambas. Debes agotar todos los procedimientos de quejas disponibles y todos los recursos de apelación antes de interponer una demanda en un tribunal federal.
  • Para presentar una demanda en virtud de estas leyes, los prisioneros discapacitados deben mostrar: (1) que son discapacitados de acuerdo con el sentido de los estatutos, (2) que “califican” para participar en el programa, (3) que se las ha excluido, negado los beneficios o sido sujetos de discriminación del programa debido a su discapacidad. Bajo la Ley de Rehabilitación, los prisioneros también deben mostrar que los oficiales penitenciarios o la agencia gubernamental, identificados como los demandados, reciben fondos federales.
  • Además de lo que establece la ley ADA y la Ley de Rehabilitación -y dependiendo de la circunstancia-, los prisioneros discapacitados pueden presentar una reclamación de indemnización bajo la Octava Enmienda, la cual prohíbe el castigo cruel o atípico.
  • Las leyes de algunos estados pueden proporcionar derechos diferentes o mayores que las leyes federales. Los reclusos con discapacidades deben investigar esta posibilidad antes de presentar una demanda.

Recursos adicionales

  • Por mandato federal, cada estado y territorio de los Estados Unidos cuenta con una organización de Protección y Defensa (P&A siglas en inglés) que trabaja para proporcionar asistencia y servicios legales a individuos con discapacidades. Algunas de estas organizaciones también trabajan con individuos en centros de detención. Una lista completa de estas organizaciones, por estado, la encuentras aquí: https://www.ndrn.org/ndrn-member-agencies.html

Quiero recibir publicaciones a través del correo de la prisión

Tus derechos

  • Generalmente los prisioneros tienen derecho a recibir libros, revistas y periódicos por correo, con las restricciones descritas a continuación.
  • Las autoridades penitenciarias generalmente pueden censurar una publicación debido a objetivos razonables relacionados con seguridad o protección; pero no pueden rechazar publicaciones sólo por no estar de acuerdo con el punto de vista político que presentan u otras razones arbitrarias.
  • Los centros de detención no pueden discriminar publicaciones religiosas sometiéndolas arbitrariamente a normas que no se aplican a las publicaciones no religiosas.
  • Las cárceles y prisiones pueden prohibir material que describa cómo construir armas, cómo escapar o cómo quebrantar una ley. Pueden también prohibir revistas que contengan desnudos o pornografía.
  • A menudo los prisioneros sólo tienen derecho a recibir libros de pasta blanda y publicaciones periódicas encuadernadas, enviadas directamente por una editorial, una librería u otra fuente comercial. En ocasiones los tribunales han permitido a los reclusos recibir recortes y copias de artículos enviados por amigos, familiares u otras fuentes no comerciales.
  • Los oficiales de las prisiones no pueden impedir que tus amigos y tu familia te compren libros y suscripciones de revistas.
  • Tanto tú como quien envía la publicación tienen derecho a ser notificados si dicha publicación se ha censurado o rechazado. Los oficiales de las prisiones deben ofrecer razones suficientes sobre su decisión de censura, que te permitan impugnar tal decisión.

Qué hacer si crees que se han violado tus derechos

  • Cuando sepas que una publicación ha sido rechazada, debes verificar las reglas de tu centro con respecto de las publicaciones. Si crees que estas reglas han sido violadas, debes presentar una queja y recurrir a todos los niveles posibles de apelación. Toma en cuenta que usualmente hay plazos estrictos para presentar la queja, de manera de debes hacerlo lo más pronto posible.

Recursos adicionales

Quiero enviar y recibir correos estando en prisión

Tus derechos

  • La Primera Enmienda de la Constitución otorga el derecho a los prisioneros de enviar y recibir correos; sin embargo, a través de los procedimientos apropiados, las prisiones y cárceles pueden inspeccionar y algunas veces hasta censurar estos correos por seguridad.
  • La capacidad de los oficiales de inspeccionar y censurar un correo depende de si el correo es privilegiado o no. Los oficiales pueden abrir un correo no privilegiado sin tu presencia; esto incluye cartas de familiares, amigos y comercios. Ellos pueden leer estos mensajes por razones de seguridad o de otro tipo, sin una causa probable o una orden judicial.
  • El correo que recibes y que envías puede ser censurado por razones de seguridad legítimas; sin embargo, no puede ser censurado simplemente por contener críticas hacia los oficiales penitenciarios o porque los oficiales están en desacuerdo con el contenido.
  • Las prisiones no pueden prohibir correos solo por contener material tomado de internet. Tampoco puedes ser sancionado por publicar material en internet con la ayuda de otras personas fuera de la prisión.
  • El correo claramente marcado como privilegiado tiene más protección (esto incluye las comunicaciones con tu abogado y con organizaciones legales como la ACLU). Los oficiales pueden abrir el correo privilegiado que recibes para verificar cualquier contrabando, pero deben hacerlo en tu presencia. Los oficiales no tienen permitido abrir los correos privilegiados que envías. Normalmente el correo privilegiado no puede ser leído a menos que los oficiales penitenciarios obtengan una orden judicial que se los permita.
  • Si el correo que recibes es censurado, tanto tú como el remitente tiene derecho a ser notificados. La notificación debe explicar las razones de la censura en suficiente detalle, de manera que puedas impugnar la decisión.

Qué hacer si crees que se han violado tus derechos

  • Si crees que han sido violados tus derechos con respecto del correo, debes presentar una queja y recurrir a todos los niveles posibles de apelación. Toma en cuenta que usualmente hay plazos estrictos para presentar la queja, de manera de debes hacerlo lo más pronto posible. Debes presentar una queja por cada incidente. Tienes más oportunidades de tener éxito en una demanda si puedes demostrar que las violaciones a tus derechos por parte del centro de detención son el resultado de una política o práctica continua, más que de sólo incidentes aislados.

Recursos adicionales

  • Prison Legal News (Revista mensual, proyecto del Centro de Defensa de los Derechos Humanos)

Select A Scenario:

I experienced assault or excessive force in prison

Your rights

  • Prison officials have a legal duty under the Eighth Amendment of the Constitution to refrain from using excessive force and to protect prisoners from assault by other prisoners.
  • Officers may not use force maliciously or sadistically with intent to cause harm, but they may use force in good faith efforts to keep order.
  • Prison officials may be violating the Eighth Amendment if they knew about a risk of assault by other prisoners but failed to respond, or if prison conditions or practices create an unreasonable risk of assault (for example, not having enough officers on the unit, not having cell doors that lock properly, etc.).

What to do if you believe that your rights have been violated

  • If you have been assaulted by an officer or fellow prisoner, you should file a grievance, and appeal it through all available levels of appeal. Note that there are usually strict time limits for filing a grievance, so you should do so as soon as possible.
  • If you believe you are in immediate danger of assault, you should tell a staff member you trust (mental health worker, teacher, etc.)

Additional resources

 

I’m facing religious discrimination in prison

Your rights

  • Federal law provides special protections for prisoners’ religious exercise. If a prison policy, rule, or practice significantly impedes your ability to practice your sincerely held religious beliefs, prison officials must show that applying the rule to you furthers an extremely important (in legal terms, “compelling”) governmental interest (e.g., prisoners’ safety or health) and that there is no other reasonable way to go about protecting that interest. If prison officials cannot show this, they must provide a religious accommodation to enable you to practice your faith.
  • Depending on your particular circumstances, prison officials may be required to provide you with a religious diet (e.g., halal or kosher meals), worship services, and access to clergy. They also may be required to allow you to have religious texts, wear certain religious clothing, headwear, and jewelry, and maintain religious grooming practices (e.g., wearing a beard or long hair).
  • Prison officials cannot impose religious beliefs or practices on you. They cannot punish you for declining to take part in religious activities or events that include religious elements. Prison officials cannot give special preference to members of one faith, or treat prisoners of some religions less favorably than those of others.

What to do if your rights are violated

  • You can file a complaint with the U.S. Department of Justice’s Special Litigation Division.
  • You can contact the ACLU in your state for more information.

Additional resources

 

I'm experiencing discrimination or abuse in prison because I’m transgender

Your rights

  • If you notify prison officials that you are transgender, and/or have been threatened, officials are legally required to act to protect you. When you enter prison, inform staff you are transgender or believe you are at risk — both verbally and in writing.
  • The federal Prison Rape Elimination Act (PREA) requires prisons and jails to make individualized housing placements for all transgender and intersex prisoners, including when assigning them to male or female facilities. A transgender or intersex prisoner’s own views with respect to their own safety must be given serious consideration when making these determinations.
  • Many correctional facilities house transgender prisoners in solitary confinement to protect them from violence. PREA says you cannot be segregated against your will for more than 30 days and if you are in protective custody you must have access to programs, privileges, education and work opportunities to the extent possible.
  • Prison and jail staff must evaluate you for gender dysphoria within a reasonable time if you request it. Medical treatment for prisoners diagnosed with gender dysphoria should be delivered according to accepted medical standards.
  • Blanket bans on specific types of treatments, such as a ban on hormone therapy or gender confirmation surgery, are unconstitutional.
  • Staff should generally allow you gender-appropriate clothing and grooming supplies, and allow you to present yourself consistent with your gender identity, or they may be in violation of the Eighth Amendment.
  • Strip searches must be conducted professionally and respectfully. A strip search conducted in full view of other prisoners and staff may violate your privacy rights. If there is no emergency, male staff should not strip-search women (including transgender women) and vice versa. Some jails have policies allowing transgender prisoners to choose the gender of the staff to search them.
  • Staff cannot conduct strip and pat-down searches solely to assess your genitals. Staff must be trained to conduct searches of transgender and intersex prisoners in a professional and respectful manner, and in the least intrusive manner possible, consistent with security needs.
  • If you request a private shower, PREA requires that officials grant you access.

What to do if you believe your rights might be violated

  • Report your concerns or any specific threats to your safety to staff in writing, and also send a copy to the inspector general, the PREA coordinator for the agency with custody over you, and someone outside whom you trust.
  • If you are assaulted, file a grievance as soon as possible, though cases of sexual assault may have more flexible time limits on reporting or may have special reporting processes.
  • Prisoners who want to file a federal lawsuit about events in jail or prison must first complete the internal appeals process. This means that you need to know the rules of any appeals (or “grievance”) process in your facility, including time limits on filing an appeal after something happens. In most prisons or jails, you will have to file a written complaint on a form that is provided.
  • If staff refuse to evaluate you for gender dysphoria or fail to provide you with care, file a grievance and appeal through all levels.
  • If you were receiving hormones from a doctor prior to incarceration, have your medical records sent to the medical or health director at your facility.
  • If you are placed in protective segregation and do not want to be there, file a grievance and all appeals about your placement. You should also appeal anything that seems unfair about your placement, such as not being able to participate in a hearing, not being told why you were moved to segregation, not being able to participate in programming or obtain a job, or not being told when you can get out.
  • If your placement is based on so-called safety concerns and you would feel safer in a women’s facility (as a transgender woman), request such a transfer and file appeals if you do not get one.
  • If you are asked to strip down in front of other prisoners and you do not feel comfortable, politely ask to be moved to a separate area.
  • If you cannot use a private shower, ask to shower at a different time from other prisoners or in a private area (as the PREA standards require).
  • If you do not want to be searched by a staff member of a particular sex, politely ask for a different staff member to search you. In some prisons or jails, you may also be able to get a general order that says you should only be searched by women (if you are a transgender woman).
  • Ask for your facility’s official policies related to your circumstances. Sometimes you can find these policies in the prison library.

Additional resources

I'm pregnant and in prison

Your rights

  • You have the right to an abortion if you want one, and to refuse an abortion if you do not want one.
  • You have the right to prenatal and other medical care for your pregnancy and postpartum care.
  • You cannot be forced to pay before you can get the medical care you need.
  • You may have the right not to be shackled: many states have laws or policies that prohibit or limit the use of shackles on prisoners who are pregnant, are in labor, or have recently given birth. Some courts have also said that shackling is unconstitutional. The ACLU’s anti-shackling briefing paper provides more detailed information.
  • You have the right to refuse sterilization or other unwanted birth control after your pregnancy.
  • What to do if you think your rights have been violated
  • If you are not getting the medical care you need, ask other medical or other staff to help you.
  • Document everything that happens. Put your request for an abortion or other medical care in writing and keep a copy. Also, keep a list of the people who you’ve spoken to or contacted and write down what they say and the dates and times you spoke to them.
  • In addition to your request for medical care, you should also file a grievance (an official complaint) if your medical needs are not met. If your grievance is denied or rejected, file an appeal and pay attention to all the rules and deadlines of the grievance system, which are usually written in the inmate handbook.

Additional resources

If the prison isn’t providing you the medical care you need, contact your own lawyer, a prisoner legal services organization (if one exists in your state), NARAL, Planned Parenthood, your local ACLU affiliate, or the National Prison Project of the ACLU.

I'm in prison and have a disability

Examples of discrimination against people in prison with disabilities

  • Exclusion from facilities, programs, and services that are accessible to other prisoners.
  • Not providing sign language interpreters for a deaf prisoner at disciplinary hearings, classification decisions, medical appointments,, and educational and vocational programs.
  • Failure to provide medical devices such as wheelchairs and canes to disabled prisoners.
  • Placement in segregation or solitary confinement due to perceived vulnerability or the unavailability of accessible cells in general population.

Your rights

  • Prisoners with disabilities are protected under sections of the Americans with Disabilities Act and the Rehabilitation Act of 1973. In the prison and jail context, the Rehabilitation Act applies to facilities run by federal agencies (such as the Bureau of Prisons) and to any state or local agency that receives federal funding. The ADA regulates facilities run by state and local agencies, regardless of whether they receive federal funding.
  • You are entitled to an equal opportunity to participate in programs and services for which you are qualified.
  • You are entitled to be housed at your correct security level, and in a cell with the accessible elements necessary for safe, appropriate housing.
  • You are entitled to reasonable modifications to policies and procedures.
  • You are entitled to equally effective communication including any necessary auxiliary aids and services such as sign language interpreters, captioning, videophones, readers, Braille, and audio recordings.
  • Prison officials are not required to provide accommodations that impose undue financial and administrative burdens or require a fundamental alteration in the nature of the program.
  • Prison officials are also allowed to discriminate if the disabled prisoner’s participation would pose significant safety risks or a direct threat to the health or safety of others that cannot be mitigated through reasonable modifications.

What to do if you believe your rights have been violated

  • File a formal grievance through your facility’s grievance process and appeal all levels available. If your facility has an ADA Coordinator you may also contact that person and ask him/her to help you with an accommodation for your disability.
  • You or your attorney can file a lawsuit explaining how your rights have been violated under the ADA, the Rehabilitation Act, or both. You must complete any available grievance procedure and all appeals before filing a lawsuit in federal court.
  • To bring a lawsuit under these laws, disabled prisoners must show: (1) that they are disabled within the meaning of the statutes, (2) that they are “qualified” to participate in the program, and (3) that they are excluded from, are not allowed to benefit from, or have been subjected to discrimination in the program because of their disability. Under the Rehabilitation Act, prisoners must also show that the prison officials or the governmental agency named as defendants receive federal funding.
  • Depending on the situation, disabled prisoners may file claims for relief under the Eighth Amendment, which prohibits cruel or unusual punishment, in addition to or instead of the ADA or Rehabilitation Act.
  • The laws of some states may provide different or greater legal rights than the federal laws. Disabled prisoners should investigate this possibility before bringing suit.

Additional resources

  • Every state and U.S. territory has a federally mandated Protection and Advocacy (P&A) organization that works to provide assistance and legal services to individuals with disabilities. Some of these organizations also work with incarcerated individuals. For a complete listing of all these organizations by state click here: https://www.ndrn.org/ndrn-member-agencies.html

I want to receive publications in the mail in prison

Your rights

  • Prisoners generally have the right to receive books, magazines, and newspapers by mail, subject to the restrictions described below.
  • Prison authorities can generally decide to censor a publication for reasonable goals related to prison safety or security, but cannot reject publications because they disagree with their political viewpoint or for other arbitrary reasons.
  • Prisons cannot discriminate against religious publications by arbitrarily subjecting them to rules that do not apply to non-religious publications.
  • Prisons and jails may ban material that describes how to build weapons, instructs how to escape, or instructs how to break the law. They can ban magazines that contain nudity and pornography.
  • Often prisoners have the right only to receive softcover books and bound periodicals sent directly from a publisher, bookstore, or other commercial source, but sometimes courts have allowed prisoners to receive clippings and copies of articles from friends, family, or other noncommercial sources.
  • Prison officials cannot prevent your friends and relatives from buying you books and magazine subscriptions.
  • Both you and the sender have the right to be notified if your incoming publication is being censored or rejected. Prison officials must give enough of a reason for their censorship decision to allow you to challenge that decision.

What to do if you think your rights have been violated

  • When you learn that a publication has been rejected, you should always try to check your institution’s publication policy. If you believe the policy has been violated, you should file a grievance, and appeal it through all available levels of appeal. Note that there are usually strict time limits for filing a grievance, so you should do so as soon as possible.

Additional resources

I want to send and receive mail in prison

Your rights

  • The First Amendment of the Constitution entitles prisoners to send and receive mail, but the prison or jail may inspect and sometimes censor it to protect security, using appropriate procedures.
  • Prison officials’ ability to inspect and censor mail depends on whether the mail is privileged or not. Officials may open non-privileged mail, which includes letters from relatives, friends, and businesses, outside your presence. They can read this mail for security or other reasons without probable cause or a warrant.
  • Incoming or outgoing non-privileged mail may be censored for legitimate security reasons. However, mail may not be censored simply because it is critical of prison officials or because prison officials disagree with its content.
  • Prisons may not ban mail simply because it contains material downloaded from the Internet. You may not be punished for posting material on the Internet with the help of others outside of prison.
  • Clearly marked privileged mail, which includes communications to and from attorneys and legal organizations like the ACLU, gets more protection. Officials may open incoming privileged mail to check it for contraband, but must do so in your presence. They are not allowed to open outgoing privileged mail. Privileged mail ordinarily cannot be read unless prison officials obtain a warrant allowing them to do so.
  • If your incoming mail is censored, both you and the sender are entitled to notice. The notice must explain the reasons for the censorship in enough detail to allow you to challenge it.

What to do if you think your rights have been violated

  • If you believe your rights with respect to mail have been violated, you should file a grievance, and appeal it through all available levels of appeal. Note that there are usually strict time limits for filing a grievance, so you should do so as soon as possible. You should file a new grievance for each incident; you have a better chance of succeeding in a lawsuit if you can establish that the prison’s violations of your rights are the result of an ongoing policy or practice, rather than isolated incidents.

Additional resources